La Tecnología en la Escuela de Hoy

LA TECNOLOGÍA EN LA ESCUELA DE HOY
Análisis y reflexión de Carla Molina


Al comenzar a investigar acerca de cómo impacta la tecnología en la Institución donde trabajo, surgieron puntos de vistas encontrados, dudas e inquietudes que hoy me gustaría compartir con todos/as ustedes.

Si bien, en un primer momento, se logró coincidir en que es necesario utilizar la tecnología en las prácticas educativas, al profundizar por qué lo creían importante, surgieron diferentes opiniones. Muchos de los docentes encuestados, lo consideran esencial, debido a que reconocen que actualmente somos parte de una sociedad donde cada vez más nos manejamos  a partir del uso de la tecnología y la comunicación constante; donde las TICs son parte importante de la vida de los niños y niñas, y es fundamental que como educadores les demos las herramientas necesarias para utilizarlas. Asimismo, se reconoce la importancia de la tecnología como un herramienta que incluye una infinidad de recursos que apoyan, facilitan y enriquecen la tarea docente. Lo que lleva a preguntarnos ¿La tecnología por sí misma, logra realmente enriquecer las practicas de enseñanza y aprendizaje? ¿De qué forma?
Parafraseando a Cesar Coll, Teresa Mauri y Javier Onrubia (2008), coincido en que el potencial de las TIC va a depender del contexto en el que son utilizadas las tecnologías, es decir del contexto de uso y de las finalidades que los profesores y alumnos le adjudiquen a las mismas, lo que acaba determinando su mayor o menor impacto en las prácticas educativas y su mayor o menor capacidad para transformar la enseñanza y mejorar el aprendizaje. (Coll, C, Mauri, T. y Onrubia, J. (2008) La utilización de las tecnologías de la información y la comunicación en la educación: Del diseño tecno-pedagógico a las prácticas de uso. Pág. 75)

Es por esto, que al continuar indagando, acerca de cómo utilizan  los docentes estos recursos y con qué propósitos, me encontré con que si bien cada día se muestran más predispuestos y con iniciativa, se las continua utilizando primordialmente para el trabajo personal, como la búsqueda de información e ideas, la utilización del procesador de textos para planificar y evaluar o la preparación de las clases, usándolas solo en ocasiones en el aula para presentaciones con las familias, simulaciones o utilizaciones de software educativos, no así para comunicarse o crear un trabajo colaborativo entre los propios niños y niñas.
En otras palabras, se podría decir que cuesta visibilizar los fines pedagógicos y adjudicarle un propósito claro al uso de la tecnología. Lo que puede deberse a que muchas veces al momento de seleccionar qué  utilizar, los docentes se suelen restringir a lo que conocen o a los que se encuentra disponible en la Institución. Si bien poco a poco ha ido aumentando la cantidad de equipamiento con los que trabajar, muchos docentes se continúan sintiendo condicionados y hasta determinados por no tener acceso a la conexión a internet o a la falta de conocimiento sobre cómo resolver pequeñas dificultades con el uso de la tecnología, generándoles inseguridad por su uso. Es por eso, que existe la necesidad de una profunda capacitación y/o formación sobre cómo y de qué forma implementarlas y de un acompañamiento constante por parte de un profesional de la tecnología.
Asimismo, me resulta importante continuar con la línea de pensamiento de los autores antes mencionados y aclarar que aún así no basta con tener equipamiento e infraestructura para garantizar el acceso a las TICs, si no que es es necesario que docentes y alumnos sepan aprovecharlos, realizando un uso constante e innovador del mismo. (Coll, C, Mauri, T. y Onrubia, J. (2008) La utilización de las tecnologías de la información y la comunicación en la educación: Del diseño tecno-pedagógico a las prácticas de uso. Pág. 82)

Al preguntarles acerca del lugar que se le otorga a los niños y niñas en estas propuestas, reconocen que si bien se busca que sean activos/as y participativos/as, generalmente terminan siendo  meros espectadores o consumidores, que reciben lo que previamente han seleccionado para ellos/as. 
Es por esto que es importante comprender que no son las TICs en sí mismas las que mejoran los procesos de enseñanza y aprendizaje, sino  que son las actividades que llevan a cabo profesores y estudiantes, las que otorgan mayor posibilidades de comunicación, intercambio, acceso y procesamiento de la información. Por lo que es sumamente importante continuar pensando cómo se utilizan, conocer qué permiten desarrollar y de qué manera planificar para que se logre un verdadero trabajo junto a los niños y niñas con los que trabajamos.  
Parafraseando a Coll, C,Mauri, T. y Onrubia, J., se podría decir que no se trata ya de utilizar las TIC para hacer lo mismo pero mejor, con mayor rapidez y comodidad o incluso con mayor eficacia, sino para hacer cosas diferentes, para poner en marcha procesos de aprendizaje y de enseñanza que no serían posibles en ausencia de las mismas.





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